Una de las pesadillas que no desaparecen pasada la adolescencia es el acné. Incluso de adultos, a veces, continuamos maldiciendo nuestra imagen en el espejo e intentamos quitarnos la enorme espinilla que encontramos en la barbilla, la frente o en una de las dos mejillas.
Normalmente, la aparición de una espinilla se debe al hecho de que nuestra piel segrega sebo y esta puede hacer que las células muertas se queden pegadas a nuestro rostro. Una situación perfecta para que la bacteria p.acnes aparezca y se multiplique, obstruyendo el poro y creando una espinilla. Pero existen cinco villanos que pueden aumentar la segregación de sebo y que surjan muchos granos más.
Los productos de cosmética
En algunos cosméticos hay ciertas sustancias que invitan a las glándulas sebáceas a segregar más sebo. De ahí que lo mejor sea utilizar productos que indiquen que no son comedogénicas, además de lavar tus brochas de maquillaje con regularidad.
El ciclo menstrual
Durante el periodo resulta normal que la mujer tenga los niveles de testosterona más altos que el resto de hormonas femeninas. La testosterona impulsa a las glándulas sebáceas a segregar más sebo. Es decir, más pegamento para que las células muertas se peguen a la piel y obstruyan más poros.
La dieta
Los alimentos ricos en azúcar también ayudan a la aparición de más acné.
El estrés
Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo segrega una hormona llamada cortisol que, como la testosterona, invita a la glándula sebácea a segregar más sebo.
Los medicamentos
Aquellos que contienen litio y que sirven para tratar la depresión o los esteroides pueden desencadenar acné.