Durante la Navidad cambiamos considerablemente las rutinas, especialmente en lo que respecta a la alimentación. Esto no solo puede traer consecuencias en nuestro peso, también puede afectar a la salud de nuestra piel.
Los exscesos navideños tienen más consecuencias de las que podemos preveer en un primer momento, y es que las comidas grasas unido a la falta de descanso y el consumo de alcohol junta los condicionantes necesarios para hacer que nuestra piel pierda pierda iluminación e incluso firmeza. Son tres las principales consecuencias de estas prácticas navideñas:
- Deshidratación: El alcohol, los cambios de tempera unido a la falta de cuidado que tenemos debido a las cenas tardías y las fiestas, puede hacer que nuestra piel pierda hidratación lo que llevará a adquirir una textura mate que terminará acabando con su ilimunación natural.
- Inflamación: La acumulación de grasas unida al consumo de alcohol y los picos de insulina puede hacer que nuestro rostro se inflame e incluso se endurezca deteriorando la dermis.
- Rostro apagado: La regeneración de la piel tiene lugar mientras dormimos, si no descansamos lo suficiente o nos acostamos sin desmaquillar, este proceso regenerativo no podrá realizarse de forma correcta.
Trasnochar unido al consumo de alcohol y la ingesta de alimentos hipercalóricos son la combinación perfecta para causar daños en la salud y estética de nuestra piel, obligándonos a actuar para contrarrestar estos efectos.