Los vellos enquistados son un problema que afecta tanto a hombres como a mujeres, esto se da cuando el vello no rompe la piel al crecer, por lo que sigue desarrollándose en el interior, creando en muchos casos una infección.
Esta dolencia se da principalmente después de la depilación, especialmente cuando esta se ha realizado con cuchilla, maquinilla eléctrica o en ocasiones cera. Las causas pueden encontrarse en la forma de depilarnos o en nuestra condición física.
Si cuando nos depilamos con la cuchilla lo hacemos en seco o tendemos a apretar, será mucho más habitual que alguno de los vellos que estamos tratando de eliminar se enquisten. De igual forma, una práctica habitual cuando depilamos ciertas zonas es estirar la piel para que la depilación sea más sencilla, esto puede hacer que al volver a su posición el vello no encuentre la salida.
La higiene también juega un papel muy importante. Si no limpiamos nuestra piel a diario puede ocurrir que poco a poco vayamos obstruyendo los poros y acumulando células muertas que pueden fomentar la aparición de pelos enquistados.
La ropa es otro de los factores que afectan a este fenómeno. Las prendas demasiado ajustadas pueden suponer una barrera para que los vellos rompan la piel y salgan al exterior.
La depilación láser es una de las técnicas más recomendadas para las personas que tengan propensión a vellos enquistados.