Durante el otoño e invierno, las bajas temperaturas, el viento y la calefacción pueden afectar significativamente la salud de nuestra piel, dejándola seca, sensible y propensa a la descamación. Ajustar tu rutina de cuidado es fundamental para proteger tu rostro y mantenerlo hidratado y saludable.
Uno de los pasos más importantes es optar por una limpieza suave que no elimine los aceites naturales de tu piel. Evita productos agresivos y elige limpiadores cremosos o hidratantes que nutran mientras limpian.
La hidratación es clave durante estas estaciones. Utiliza una crema más rica y densa que cree una barrera protectora frente al frío. Busca ingredientes como ácido hialurónico, glicerina y manteca de karité, que retienen la humedad de manera eficaz. Además, no olvides aplicar un protector solar, ya que los rayos UV siguen afectando la piel incluso en días nublados o fríos.
También es importante exfoliar tu piel una vez por semana para eliminar células muertas, pero evita hacerlo en exceso, ya que puede causar irritación. Complementa tu rutina con un sérum reparador y bálsamo labial para proteger los labios.
Finalmente, mantente hidratado bebiendo suficiente agua y usa un humidificador en casa para contrarrestar el efecto de la calefacción. ¡Tu piel te lo agradecerá!