Por dónde empezar cuando nunca he cuidado mi piel

De todos los órganos que componen nuestro cuerpo, la piel resulta el de mayor tamaño, ocupando una superficie de dos metros cuadrados y pesando, aproximadamente, unos cinco kilos. Sin embargo, apenas le prestamos atención.

El cansancio al llegar a casa después del trabajo o la pereza de madrugar un poco más para limpiar nuestro rostro son algunas de las causas por las que muchas personas descuidan su piel. De ahí que para empezar a adquirir una rutina de limpieza, haya que pensar en el cuidado de la piel como una inversión a largo plazo para que, con el tiempo, podamos presumir de un rostro bonito.
El siguiente paso será elegir productos que resulten fáciles de aplicar a la par que rápidos, así como cremas y limpiadoras que nos llamen la atención por su olor o por su textura. El simple hecho de que nos encanten nuestras cremas hará que la limpieza del rostro no sea tan tedioso.
Como estás empezando, también es importante que comiences con lo esencial: una limpiadora, una crema hidratante y un protector solar.
Asimismo, no olvides que esta rutina habrá que llevarla a cabo todos los días, aunque si un día estás muy cansada y no te anima iniciar el ritual de belleza, puedes saltarte la hidratante. Muchos dermatólogos japoneses recomiendan saltarse este paso una vez a la semana porque ayuda a que la piel no pierda la costumbre de regenerarse sola.

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