Con el tiempo, nuestra piel es propensa a la acumulación de suciedad y los poros pueden obstruirse. Como todos sabemos, para evitar esto es necesario practicar la higiene diaria, limpiando nuestra piel todos los días para eliminar toda la piel muerta y la suciedad acumulada, aunque no podamos verla.
Sin embargo, a pesar de la correcta rutina de limpieza diaria, nuestros poros pueden obstruirse fácilmente. Para ello, podemos recurrir a un exfoliante que nos ayude a eliminar todas las impurezas de nuestra piel. Si eso no es suficiente, tenemos que recurrir a una limpieza facial un poco más profunda.
Cuando pasemos por el proceso, ya sea de exfoliación o limpieza, notaremos la diferencia entre el antes y el después.
Sin embargo, si nos saltamos algún paso, esto puede ser de corta duración. Eso es todo, cuando limpiamos profundamente o incluso exfoliamos, nuestros poros se abren para eliminar toda la suciedad que han acumulado y destapado. Si los poros permanecen abiertos, la suciedad puede volver a entrar fácilmente. Así, cuando terminemos de limpiar o no exfoliar la piel, tenemos que usar un tónico que ayude a cerrar los poros.
Por otro lado, es muy importante evitar maquillarnos cuando aún tenemos los poros abiertos.