Aunque muchas personas asocian el uso de protector solar únicamente con el verano, la realidad es que la protección solar es esencial durante todo el año, incluso en invierno. Los rayos ultravioleta (UV) del sol, responsables del envejecimiento prematuro y el daño celular en la piel, no desaparecen cuando bajan las temperaturas o cuando el cielo está nublado.
En los meses fríos, los rayos UVA, que penetran profundamente en la piel, siguen activos. Estos rayos pueden acelerar la aparición de arrugas, manchas y pérdida de elasticidad, además de aumentar el riesgo de cáncer de piel. Si además estás en zonas con nieve, el efecto de los rayos UV se intensifica, ya que la nieve puede reflejar hasta un 80% de la radiación solar.
Usar un protector solar con un factor de protección (SPF) 30 o superior debe ser un paso obligatorio en tu rutina diaria, incluso en invierno. Aplícalo después de la crema hidratante y retócalo cada 2 o 3 horas si estarás expuesto al aire libre durante mucho tiempo.
Proteger tu piel en invierno no solo previene el daño solar, sino que también ayuda a mantener una tez uniforme y saludable. ¡El sol no toma vacaciones, y tu cuidado tampoco debería!